Protecciones y ramales para rutas y marchas a caballo


INDICE

 


Empezaré diciendo que las protecciones, en la actividad de marchas y viajes a caballo, no se utilizan tanto como en otras disciplinas pero, aunque menos, tambien se utilizan.

En el mercado existen protecciones para casi todas las partes de caballo

  • Protecciones antimoscas para la cara
     
  • Protecciones de espalda y pecho
     
  • Protectores para la cincha
     
  • Protectores para el roce de arreos y embocaduras
     
  • Mantas para el frio 
     
  • Capas o mantas de agua
     
  • Protecciones para las patas (Campanas, Vendas, Anillas y Protectores)
     
  • Protecciones para el dorso (Salvacruces y otros)
     
  • Y mas

De todas estas protecciones las que tienen más interés para nuestra actividad son las protecciones de patas y de dorso y es de las que vamos a hablar.

Os hablaré de forma somera sobre las protecciones de patas pues, pienso que todos las conocéis bien y os pasaré, a continuación, con un magnifico árticulo sobre las protecciones de dorso escrito por dos excelentes profesionales que os recomiendo que lo leáis con atención pues contiene enseñanzas muy importantes para el buen uso de ese tipo de protecciones.


 

Protecciones para las patas

 

  • Campanas:


    Esta protección se utiliza en caballos que tienen tendencia a alcanzarse en las manos. En la actividad, de marchas y viajes ecuestres, puede necesitarla un caballo que, por estar poco acostumbrado a caminar por mal terreno, sea propenso a alcanzarse

     
  • Vendas:


    Las vendas tienen dos funciones una de protección contra golpes, durante el trabajo, y otra terapéutica para caballos de tendones delicados o con tendencia a inflamar o "cargar" las extremidades.

    En equitación de viajes y rutas a caballo no se utilizan pues hay que cabalgar por zonas agrestes con caminos embarrados o atravesar arroyos en las que un caballo con vendas simplemente las perdería o estropearía.

    Pero, si se utilizan, para colocarlas al final de la jornada, a caballos que, como dijimos antes, tienen los tendones delicados o se cargan de las patas después del trabajo.

    Sin embargo, si estamos de viaje no es posible llevarlas por el gran espacio que ocuparían en las alforjas. En este caso, salvo que tengamos un vehículo de apoyo que las lleve la única solución que conozco es duchar bien las patas con agua fría, al final de la jornada, y darle al caballo un antiinflamatorio durante todas las jornadas que dure el viaje.

    Y, por último, deciros que las vendas son delicadas de utilizar y hay que saber ponerlas, con la presión necesaria, pero sin pasarse. No es difícil, pero mal puestas, pueden causar lesiones.

     
  •  Protectores de neopreno u otro material:



    Existen en dos formatos largos y cortos (como los de la foto) y un montón de modelos. Pueden ser útiles en caballos poco acostumbrados a caminar por terrenos en mal estado o con las extremidades delicadas. Protegen de los golpes, impactos y alcances al andar.

 

  •  Protectores para el transporte



    Estas protecciones son muy útiles cuando hay que transportar el caballo en un van, pero son imprescindibles si el transporte es un camión con más caballos.

    Durante los transportes en vehículos cerrados los caballos se mueven en un espacio muy pequeño y corren serios riesgos de lesionarse y las protecciones evitan muchas posibles lesiones.

    No son caras y todos los que poseen un caballo deberían tenerlas.
     

 

Protecciones para el dorso

NOTA

Por su interés, clara exposición y su calidad científica y divulgativa reproduzco, a continuación, un artículo extraído de la web Ecuestre.es, firmado por Marta García Piqueres y Mar de Echevarría, Veterinaria y Fisioterapeuta, respectivamente, especializadas ambas, en fisioterapia equina y pertenecientes a la clínica de fisioterapia y rehabilitación equina  Equidinamia 

 

Fisioterapia practica: Los protectores de dorso

Se consideran protectores de dorso todos aquellos elementos que se colocan entre la montura y la piel del caballo con la idea de proteger ambos. Pero es fundamental saber cómo utilizarlos para prevenir problemas.

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Diseñados en su origen como simples sudaderos, hoy en día existen en el mercado gran variedad de ellos, fabricados con diversas formas y materiales. Aunque destinados a proporcionar comodidad y una mejor adaptación de la montura, su uso indiscriminado puede derivar en un incorrecto ajuste de la montura.

Los protectores de dorso deben ser utilizados para mejorar el ajuste de una montura que de base sea aceptable, es decir, no mejoran el ajuste de una montura que no posea las características básicas de forma y tamaño adecuadas para el caballo. Además, usados incorrectamente con monturas bien ajustadas pueden interferir en ellas generando problemas, es por esto que los protectores se describen en la bibliografía como causa potencial de lesiones de dorso por incorrecto ajuste de la montura.

 Algo que no debemos olvidar es que cualquier protector, sea cual sea su grosor o material, siempre va a aumentar los puntos de presión pre-existentes en la montura. Existe un concepto equivocado que nos hace pensar que cuanto más almohadillado tenga la montura debajo, más cómodo irá el caballo; sin embargo, basta pensar en el siguiente ejemplo para darnos cuenta de lo erróneo de la situación: unos zapatos bien ajustados con un calcetín del grosor adecuado son cómodos, pero si colocamos varios pares de calcetines uno sobre el otro el exceso de presión haría que el zapato fuera muy incómodo.

Un protector mal colocado o utilizado cuando no es necesario puede:

- Crear puntos de presión.

- Disminuir el espacio en el canal y alrededor de la cruz, y por lo tanto alterar la movilidad de la columna.

- Desestabilizar al jinete (protectores demasiado gruesos en una parte y estrechos en otra) al provocar que la montura se vuelque hacia atrás o hacia delante.

 

Tipos de protectores

Hay dos tipos básicos, aquellos que se usan con fines terapéuticos y los que no los tienen.

Los protectores con fines no terapéuticos tienen como finalidad proteger la montura del sudor y de la suciedad del caballo; son los comúnmente conocidos como sudaderos.

Los protectores terapéuticos están diseñados para resolver problemas de dorso, absorber mejor los impactos, amortiguar y distribuir el peso del jinete correctamente. Son de materiales que intentan prevenir roces y escaras por presión.

Dentro de los protectores terapéuticos podemos encontrar:


- Salva cruces de borreguito.

Son ampliamente utilizados con la idea de “almohadillar” la silla y que ésta resulte más cómoda para el caballo. Existen algunos con forma redonda para cubrir únicamente la región de la cruz; no se recomienda su uso, ya que crean puntos de presión marcados en esa área y especialmente en sus bordes. También son muy populares otros que tienen un borde de borreguito muy almohadillado, dejando en medio el espacio para la montura; siempre y cuando no presionen en la cruz, recomendamos éstos para mejorar el ajuste de los bastes en los casos de monturas que no se adaptan al dorso en su parte posterior.


- Protectores de gomaespuma tipo “Miller”.

Fabricados con una goma espuma poco flexible y más gruesos en su parte caudal que en su parte craneal. Esto provoca un marcado desequilibrio de la montura (la levanta en su parte posterior y así tiende a vencerse sobre la cruz), que se traduce en exceso de presión en la cruz, bloqueo del movimiento de las espaldas y dificultad del jinete para sentarse equilibrado. Su uso no se recomienda salvo en el caso de monturas desequilibradas que requieran ser elevadas en la parte posterior.


- Protectores de silicona.

Son los más adecuados si lo que queremos es almohadillar ligeramente la montura para que el caballo vaya más “cómodo”. Sin embargo, hay que recordar que deben ser suficientemente largos para cubrir toda la longitud de la silla, deben elevarse sobre la cruz para no ejercer presión y preferiblemente debemos elegir aquellos que tienen un canal libre en el medio para no presionar la columna. Existen algunos protectores de silicona que tienen múltiples agujeros, no llevan cobertura de tela y se venden con indicación de ser colocados directamente sobre el dorso del caballo. Esto genera un efecto ventosa con el sudor y la presión de la montura que provoca dermatitis y edemas subcutáneos, por lo que recomendamos su uso sobre un sudadero y nunca directamente en contacto con la piel del caballo.


- Protectores “antideslizantes”.

Muchos de éstos son sudaderos que contienen neopreno para mantener la montura en su sitio y evitar su deslizamiento. Una montura bien ajustada no debería deslizarse, si tu montura lo hace revisa su ajuste y quizás no necesites este tipo de protector.


 - Sudaderos con bolsillos.

Permiten adaptar monturas equilibradas en caballos con atrofias en uno o ambos lados; son sudaderos comunes que tienen diferentes bolsillos donde se pueden meter parches de silicona, borreguito o fieltro para así “rellenar” áreas sin musculatura, elevar ciertas partes de la montura y así mejorar su ajuste. De esta forma protegemos zonas específicas y no disminuimos el espacio en zonas sanas. Estos materiales, debidos a su naturaleza permiten a la musculatura trabajar sin presión y recuperar su forma, por lo que es importante revisarlos a menudo para sacar el material cuando ya no sea necesario.

 

Colocación básica

Para asegurarnos un correcto uso de los protectores se debe seguir el siguiente esquema:

  1. Elección de una montura que se ajuste adecuadamente: si no se detectan indicios de mal ajuste no será necesaria la utilización de un protector. Si lo que se desea es mejorar el almohadillado de la misma recomendamos usar una silicona fina y larga.
     
  2. El protector que se elija deberá estar centrado y ser lo suficientemente grande y largo como para que la montura se apoye sobre él y no sobre sus bordes.
     
  3. Hay que comprobar que no presione la cruz, que se pueda elevar junto son el sudadero sobre la misma para liberarla y que no ejerza presión sobre la columna.
     
  4. Es necesario verificar que no genere desequilibrios en la montura (que no la vuelque hacia atrás, delante o hacia los lados).
     
  5. El grosor no debe ser excesivo para no crear puntos de presión que sin el protector no existirían.
     

Lo que debes saber

- Los protectores de dorso mejoran la adaptación de la montura al caballo pero no solucionan el problema cuando la montura, por tamaño o forma resulta inaceptable

- Debemos evitar un excesivo grosor que se traduce en presión sobre la cruz, musculatura y columna

- Los protectores deben ser lo suficientemente largos para cubrir la montura en toda su longitud

- Deben colocarse centrados y elevarse sobre la cruz junto con el sudadero al cinchar

- Se deben elegir protectores que tengan un espacio central libre para generar presión sobre la columna

- Es necesario comprobar que no alteren el equilibrio de la montura y así el del jinete

 

Marta García Piqueres/Mar de Echevarría

www.equidinamia.es

@equidinamia

Fuente: Revista Ecuestre©

 

 

Ramales

El ramal es quizá el más modesto de todos los componentes del equipo, pero es de tanta utilidad que merece que le dediquemos un poco de espacio.

Todos los jinetes de viaje deben llevar un buen ramal. En esto como en muchas cosas lo mejor no suele ser lo más barato pero un buen ramal tampoco es un gran desembolso y es importante que sea de calidad.

Mi recomendación es que compréis un buen ramal de Nylon y, esto es importante, con un buen mosquetón.

El ramal debe ser redondo (no de cinta) y tener, al menos, 2 mts. de largo y preferible 2,5 m

 

Fdo. Juan Manuel Alvarez Diaz

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